domingo, 2 de septiembre de 2012

Berlin 28 de julio. Visita al Reichstag y cena en el Sony Center


La cúpula y a la derecha la luna

La portada

El Reichstag envuelto por Christo
puede verse que no existía la cúpula
Por la tarde-noche, a las 9,30, ha tocado la visita el Reichstag. En el viaje anterior no entramos porque las colas eran disuasorias. Pero han cambiado de táctica y ahora te has de registrar para entrar. Puedes hacerlo por Internet, pero la página funciona muy mal (incluso la persona que nos atendió lo admitió) o bien directamente en una pequeña oficina (un container acondicionado) enfrente del edificio. Es necesario para registrarte presentar un documento oficial, incluido el carnet de conducir. El problema es que entre la espera y el registro, si hay poca gente, pueden ser casi una hora. Después del control de seguridad se sube la escalinata de acceso a la portada principal que, como otros muchos parlamentos, es de estilo neoclásico. En el frontispicio la inscripción "Den Deutscher Volke", Al Pueblo Aleman (aunque en google traslator insiste en traducirlo por El Aleman Volke). Un ascensor te sube a la terraza donde nace la cúpula de Foster (malas lenguas dicen que se parece sospechosamente a la que diseñó Calatrava). Hay audioguías gratuitas en español. Puedes dar una vuelta por la terraza, y ves todo Berlín, puedes tomar algo en el café, puedes ver una exposición de fotos que cuenta la historia del Reichstag, incluyendo el incendio por los nazis o el envoltorio que montó Christo antes de que construyeran la cúpula pero sobre todo puedes ver la cúpula, toda ella de cristal, en cuyo interior hay una especie de cono invertido (o de cucurucho de helado) cubierta de placas de espejo que dirigen la luz hacia la Cámara de Sesiones, que está en la planta baja. Una rampa te permite subir fácilmente hasta el punto más alto de la cúpula, que está abierto al exterior. Parece que en la restauración del edificio se han utilizado diferentes tecnologías que hacen que toda la energia que utiliza sea de fuentes renovables.Es una visita que vale la pena.
La cúpula del centro Sony desde el Bundechstag





La Puerta de Brandemburgo desde el Reichstag

Finalmente hemos ido a cenar al Sony Center, en la Potsdamer Platz, a Corroboree , un australiano con una buena terraza donde hemos cenado queso feta rebozado con ensalada y salsa de piña, steak de canguro (tierno y soso) con verduras y una patata asada con crema, un postre de tarta de fresas silvestres, un vaso de vino blanco y medio litro de Mirinda por 35,70. Sin más, tiene a su favor lo exótico de la carne (también hay cocodrilo) y lo agradable de la terraza, y los platos son muy correctos. En los sillones de la terraza hay mantitas para cuando cae la noche, y desde luego a las 11 de la noche se agradecen. Recomendable cuando se está por la zona.

Autobús 200, con un conductor que ya había arrancado y ha parado de nuevo para esperarnos, y a casa, que es la una de la madrugada.

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