martes, 10 de noviembre de 2009

Pekin día 14. A la muralla y a las tumbas Ming.











Para completar el tour turístico de lo más famoso hoy vamos a visitar la Gran Muralla y las tumbas Ming.
La Gran Muralla tiene muchos tramos visitables. Los más frecuentados desde Pekín son Badaling y Mutianyu. Para visitar la Muralla hay que contar con que es una construcción defensiva, y por lo tanto recorría las crestas de los montes. Quiero decir que subir puede ser una paliza, y recorrerla puede hacerse duro o al menos cansado. Por eso hemos elegido Mutianyu porque desde el aparcamiento tiene un telesilla que te sube.
Está a 90 kilómetros por lo que hay que buscarse trasporte. Hay la opción autobús turístico, que se contrata en la esquina suroeste de la plaza de Tiananmen (lo hemos citado en la entrada Pekín día 2) y que vale 150 yuanes por persona, incluyendo las tumbas Ming y las visitas a las factorías de productos turísticos. Pero como nosotros somos 4 hemos preferido la opción limusina, que sale a 600 yuanes por todo el día de llevarte donde quieras ir, en este caso a la Muralla y las tumbas. En primer lugar hemos probado el taxi, pero al taxista no se le veía nada entusiasmado de pasar el día con nosotros, así que nos hemos decantado por la limusina, que además pedía el mismo precio. Las limusinas están en las puertas de todos los hoteles y supongo que en más sitios.
Así que, una vez acordado todo con el conductor nos vamos para allá y después de casi una hora por autopistas y buenas carreteras llegamos a Mutianyu. El acceso es a través de una calle con vendedores de souvenirs, frutas, paraguas, etc. Y allí eliges telesilla o teleférico y si bajarás por el mismo camino o por un tobogán gigante, de 1500 metros de recorrido. La Muralla tiene en ese tramo unos 2500 metros, que no hay que recorrer todos. Subimos en telesilla, triscamos por escaleras infernales (hasta el punto que podías a veces ayudarte con las manos), recorrimos varias atalayas y disfrutamos de unas vistas espléndidas, y de conocer una construcción mítica, donde te haces cruces de las condiciones de vida de sus guardianes.
La bajada la hicimos en el tobogán. Es un tobogán normal, donde te deslizas sentado en una plataforma que lleva un regulador de velocidad pero que es “a lo china”, de kilómetro y medio.
Despues a las tumbas Ming. Nuestro conductor no parecía muy avezado y dimos algunas vueltas, así que llegamos a la tarde y solo hemos visitado una, la de Dang Ling. A través de un parque en una ladera, con miradores, torres, laguitos, etcétera, llagas a una construcción subterránea y bajas a la impresionante galería mortuoria. Y allí acabas de entender porque se creían dioses. Una enorme cámara, mármoles, estelas, y recuerdos de las riquezas con que se enterraban Salimos hacia la Via Sacra (el coche te puede dejar en un extremo y recogerte en otro) que es la vía de acceso a toda el área donde se situaban las tumbas y que está flanqueada por estatuas de animales. Así que el emperador vivía en la Ciudad Prohibida, viajaba a visitar su tumba y para eso pasaba a través de la Vía Sacra, comprobaba la grandiosidad de su futura tumba y se creía un dios, solo que mortal.
Y después ya para Beijing. Llegamos en pleno atasco y nos costó hora y media llegar a Sanlitung, a probarnos los trajes que habíamos comprado el día anterior. Mas compras y cena en Tairyo, una cadena Japonesa que sirve Teppanyaki. Es precio único, 168 yuanes, eliges lo que quieres comer y lo que quieres beber, y un cocinero te lo va haciendo delante de ti en la plancha. Servicio muy atento y muy facilitador. Vale la pena. La web es http://www.tairyo.cn/ pero es facilísimo de localizar, esta en el edificio que queda enfrente de la puerta este del estadio de los trabajadores (había partido de fútbol, por cierto).

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