jueves, 9 de agosto de 2012

Berlín, 21 y 22 de julio. Llegada, el eje turístico, el Humboldt Box y la Kultur

El día 21, cansados y en más o menos penosas condiciones, llegamos a Berlín con Vueling. Vueling muy bien, reservas asiento y no son tan estrictos en pesos y medidas como los de Rian Air. Desde Barcelona tienen vuelos a muchos destinos y desde otros aeropuertos a menos.

La noche previa nos hemos alojado en el Ibis de Viladecans, donde se puede dejar el coche por 5 euros/noche. Desde el hotel se puede llegar al aeropuerto o en taxi o en un autobus que se coge a unos 500 metros, lo que con equipaje se hace pesado, y que te deja en el aeropuerto en 15 minutos, pero que solo pasa cada media hora. Puede ser una opción.

En Berlín llegamos por Tegel que, como hemos dicho, dispone de un autobús a Alexander Plaz. El conductor-cobrador como no aceptaba billetes ni de 20 euros nos invitó a viajar gratis.
Del día de la llegada poco que decir. Estábamos muy cansados por un mes de julio que se hizo muy trabajoso. Así que un breve paseo por los alrededores, compra en un supermercado Kaiser con buena oferta para celiacos y a cenar y a dormir a casa.

En Alexander Platz
 El 22 hicimos la ruta obligada para todo turista. Alexander Platz, una gran plaza un poco destartalada pero enormemente viva. Es el nudo de comunicaciones más importante de la ciudad donde a cualquier hora hay tenderetes y chiringuitos abiertos, artistas callejeros y turistas. 
 Unter der Linden es la arteria principal para los turistas. Se llega a ella desde Alexander platz después de rozar la isla de los museos, la torre de comunicaciones y el ayuntamiento rojo (podeis leerlos en las guías). Es una gran avenida que siempre hemos visto en obras. Se cruza con Friedrisch str, la otra gran calle comercial del centro, y llega hasta Pariser Platz.
 Pariser Platz es la plaza donde está la puerta de Brandenburgo. Lugar emblemático de la Berlín dividida, hoy sede de embajadas como la de Estados Unidos y Francia, hoteles de lujo, la Academia de Bellas Artes o el BD Bank. Allí te puedes hacer la foto con el oso berlines, o con un soldado americano o ruso de mentirijillas. Pero también puedes pedir información en el pequeño edificio que queda a la izquierda de la puerta o descansar en un edificio simétrico con la oficina de turismo, la habitación del silencio, la Raum der Stille, un lugar de silencio y meditación en el centro del bullicio. El viaje anterior estuve un rato, más descansando que meditando. Me recuerda los puntos de culto de los aeropuertos, que como siempre están vacíos son una isla de paz. Todos los turistas pasan por Pariser Platz.
La cubierta del Sony Center
Cruzando la puerta y girando a la izquierdase llega a Potsdamer Platz, pasando por el Memorial del Holocausto, un conjunto de algunos centenares de bloques de piedra negra que recuerda el genocidio judío. Así como todo lo anterior correspondía al Berlín Este, Potsdamer era el escaparate del Berlín Oeste. Es una total borrachera de arquitectura, que no deja indiferente a nadie. Dispone de una plaza, el espacio Sony, muy viva y con una abundante oferta de ocio.


  

Ese día comimos en el Humbold box (entre Alexander Platz y Unter der Linden, frente a la catedral) un edificio moderno con aspecto provisional y que muestra los planes para reconstruir el Palacio Imperial, en los terrenos del que fuera el viejo Palacio de la República, derruido por la asbestosis y porque realmente no encajaba para nada en ese entorno después de la reunificación. La comida en la terraza, en la planta 5ª, fue muy agradable, con muy buenas vistas, aunque solo por ver una exposición sobre la futura reconstrucción de un palacio imperial y poder acceder a la terraza-restaurante ya cuesta 4 euros si no recuerdo mal. Ensalada de pollo, tagliatelle, un postre y las bebidas subieron a 43 euros. Nos atendió Sebastian, quien nos dijo que su madre también era celiaca, así que comí con una relativa seguridad. Como apuntaba en la entrada inicial, en estos viajes con dificultades de idioma tengo que recurrir a lo más básico y seguro, para evitar riesgos.
Seguimos paseo hasta Potsdamer donde tomamos café en un australiano, tranquilamente al sol. De vuelta el ya mencionado 200.

Humbold Box


Por la tarde visitamos la Kulturbrauerei, de la que teníamos muy buen recuerdo. Es una antigua fábrica de cervezas transformada en un centro cultural, No elegimos bien ni el día ni la hora, era domingo a media tarde, y prácticamente estaba vacía. Pero el sorbete de lima del “Queso y jamón” estaba muy bueno. Aunque fue un poco frustrante el día 2 de agosto volvimos y lo pasamos muy bien por la noche en una de sus terrazas.
Para terminar, y ya de vuelta, pasamos por la plaza de la torre del Agua, donde vivimos 3 semanas hace como 7 años y encontramos el barrio tan atractivo como entonces.

Para ver las fotos de Berlín pulsa  https://www.dropbox.com/sh/i4xykcnqidoglbc/VRL37wCbub
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