martes, 2 de octubre de 2012

Por el sureste de Francia (I). Albi y Cordes sur Ciel, una sorpresa muy agradable.

Albi al atardecer
El objetivo del viaje era ver y cruzar el viaducto de Millau, del que hablamos en una entrada posterior, y para que no se nos hiciera tan largo decidimos pasar la noche en Albi, sin tener ni idea de lo que íbamos a encontrar.
Por el camino paramos a comer en un “aire”. Son las áreas de descanso de la autopista y en su mayoría la que no tiene bar-restaurante dispone de lavabos, bebidas frías de máquina y zona arbolada con mesas y sillas para picnic. Siempre resulta agradable sacar las bolsas del coche y comer a la sombra de los pinos.

Como ya hemos dicho Albi es una sorpresa. Fue uno de los núcleos de la herejía albigense y , teniendo en cuenta que se oponían a la ambición y a la relajación de costumbres del clero, amen de negar la naturaleza divina de Jesucristo, acabo mal para ellos http://es.wikipedia.org/wiki/Cruzada_albigense


El interior de la catedral

Por la noche La Berbier puede
parecerse mucho a "El grito" de Munch
Por otra parte es el pueblo natal de Toulouse-Lautrec, que tiene su museo en el Palacio de le Berbier.
Pero lo que más destaca es su catedral, Santa Cecilia, construida en ladrillo rojo, como toda la arquitectura histórica de la ciudad. De estilo gótico, su interior está cubierto totalmente por pinturas. Se puede visitar, salvo en las horas de culto, y dispone de dos visitas guiadas, la visita del cura (más extensa) y la visita del sacristán (menos extensa).
San-Salví es también visita obligada, sobretodo su claustro, pequeño y delicado, donde uno puede sentarse y dejar pasear la vista por todos sus detalles.


Claustro de San-Salvi

San-SAlvi
Paseando se llega en apenas unos minutos al río, el Tarn, con algunos puentes curiosos y un azud que alimenta una pequeña central hidroeléctrica. Por supuesto se puede hacer un pequeño crucero.

El Tarn, el azud y el crucero
Después de descansar en un merendero en la orilla subimos a cenar frente a Le Barbier, y lo hicimos en La Tartine, aunque nuestra intención era hacerlo en Les Jardins de l’Archevêché. En La Tartine la cena de 4 cuesta algo menos de 100 euros, pero el servicio no es atento, el hielo hay casi suplicarlo, el tartare lo hacen con carne picada a máquina y la casoulette lleva harina. Después de cenar aún llegamos al final de un concierto (Artistas en las Plazas) en la plaza de Les Halles.
El hotel Ibis, como todos ellos: barato, limpio, nuevo y con buen servicio. Wi-fi gratuito y no hay nevera en la habitación.
Tenéis mucha más información en http://www.albi-tourisme.fr/es/default.asp y os recomendamos que entréis, aunque solo sea por las fotos.

Además de la oficina, en Albí hay "puestos volantes de
información turística". Basta con una voluntaria, una bici y unos mapas.

Al día siguiente por la mañana, después de un breve paseo para volver a ver el conjunto de la catedral, decidimos visitar Cordes sur Ciel http://www.cordessurciel.fr/  un pueblo a 24 km al noroeste de Albi.
Cordes sur Ciel
Es una pequeña maravilla subida encima de un alto al que hay que subir a pie (aunque el tren turístico te puede acercar mucho).
La visita puede ser corta, centrada en una sola calle y sus alrededores. Un centro muy bien cuidado, buen comercio y buena oferta de restaurantes, y poca cosa más, pero muy bonita. Valen la pena los 50 kilómetros de coche.

Cordes sur Ciel




Cordes sur Ciel
















Puedes acceder a las fotos de esta serie en https://www.dropbox.com/sh/i4xykcnqidoglbc/XazQAjpfpI/Albi%2C%20Millau%2C%20Narbonne%2C%20Cordes%20sur%20Ciel%2C%20Set%C3%A8
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