jueves, 26 de abril de 2012

Día 7 sábado. Como, Villa Olmo y la Osteria L’Angolo del Silenzio

Por la mañana toca descubrir la ciudad. Las previsiones del tiempo dicen que mañana estará mejor y lo dejamos para ir a Bellagio. En la plaza Cavour, el centro de la ciudad, visita al centro de información.



Duomo y Broleto

San Fedele
El Duomo es la catedral de Como. Gótica, con una portada interesante. Su interior es de un interés relativo, pero la plaza vale la pena, con edificios atractivos y el antiguo ayuntamiento, el Broleto, bajo cuyas arcadas se refugiaba un pequeño mercado de artesanos, productos ecológicos, etc. De la plaza del Duomo a la de San Fedele, donde había otro pequeño mercadillo de arte. El centro de Como es el de una antigua ciudad medieval y es agradable de pasear, además de que tiene un comercio muy activo. Es fácil llegar a la Torre de la Ciudad, una antigua torre de la muralla en la que paneles y pinturas muestran algunos hitos de la historia. Allí, y ya extramuros, un mercado de ropas, tan vulgar como cualquier otro de cualquier ciudad.

San Abbondio

Subiendo hacia las vías del tren se llega enseguida a San Abbondio, de claro estilo lombardo, dedicada al patrono de la ciudad. Cae a desmano, aunque muy próxima, y es muy atractiva tanto por su arquitectura como por sus pinturas y un sepulcro, de San Abbondio naturalmente.

Comimos en el Cube, cerca del hotel y del lago, en un jardín tranquilo. Sin nada que señalar, comimos aceptablemente.


Y a la tarde a Villa Olmo, a visitar a los Brueghel. Villa Olmo es una mansión a orillas del lago. Propiedad de la Comuna de Como, es el lugar donde se celebran las grandes exhibiciones artísticas. Se llega a ella dando un paseo por el lago, pasando por distintas villas, algunas de ellas oficiales y otras privadas, algunas con embarcadero propio más o menso conservado. Villa Olmo es impresionante, un enorme edificio que se abre a un jardín con su fuente y que acaba en las aguas del lago. La pena es que llovía y apenas lo disfrutamos. Os sugiero que entréis en su web.

Y en Villa Olmo la exposición “La dinastía Brueghel”, que presentan del 24 de marzo al 29 de julio. Algo más de 100 obras de los Brueghel y su círculo familiar, y “Los siete pecados capitales” del Bosco. La variedad de temas la hace entretenida. Por cierto, no tenían ningún empacho en copiarse no solo los temas, sino la estructura completa de un cuadro. La exposición es fácil de visitar, y si se quiere descansar y no llueve, la orilla del lago ayuda mucho.

Intentamos el Ristorante Sociale (al lado del Teatro Sociale y junto a la antigua casa del fascismo) donde un amable encargado nos informó de que no teníamos ya sitio y, cuando le pedimos consejo, nos envió a L'Angolo del Silenzio, todo ello en un perfecto castellano. En el Angolo disfruté como un niño. En primer lugar me pusieron pan sin gluten y me atendieron con todo cuidado. Es un restaurante de un cierto nivel, donde comimos tartar de salmón y lubina , arroz con fungi porcini y una insalata de conejo y fungi, con el consiguiente vino blanco y agua, por 52 euros. Un precio muy interesante dada la categoría del local y la calidad de los platos, todos ellos muy satisfactorios. Lo que me falló es el postre, así que me tuve que conformar con un cortado.



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