sábado, 12 de septiembre de 2009

Pekín día 3. El parque Beihai, el hutong Yandai Xiejie y el lago Qianhai.






Hoy es sábado y vamos a continuar las gestiones para poder ir a Chengdé y Xian por nuestros medios. Nos dirigimos al CITS (China Internactional Travel Service) de la zona de Dongcheng. Los CITS son un magnífico recurso para informarse y organizarse visitas, viajes o cualquier otro servicio para turistas. Hay uno en cada zona de la ciudad además de los que hay en el aeropuerto y en la estación central. Nosotros optamos por el de Dongcheng porque ellos mismos te pueden procurar los billetes de tren. La pena es que solo trabajan de 9 a 17 de lunes a viernes. El sábado había una persona de guardia que muy amablemente nos informó que si volvíamos el lunes nos resolverían nuestros problemas (y así fue, pero eso va en otra entrada)
Como ya estábamos en Dongcheng, la zona del centro de Pekín donde está la Ciudad Prohibida, hacia ella nos dirigimos caminando por Donganmen Dajie, una avenida flanqueada por enormes y lujosos hoteles, que pueden ser un recurso llegado el caso, por ejemplo para descansar y tomar un café en un local relajado, aunque el café cueste 3 o 4 euros.
Y llegamos al cruce con Wangfujing Dajie (Dajie significa avenida). Gucci, Cartier, Chopard,… podríamos estar en Paris o Nueva Cork. Las tiendas de todas las grandes marcas dirigidas a los compradores chinos. Desde luego es el punto que podríamos llamar más “rabiosamente capitalista” de la capital, pero existe. Wangfujing Dajie es la calle de los grandes comercios, que bullen de actividad.
Pasado Wangfujing llegamos al foso y a la muralla que rodean la Ciudad Prohibida, vimos la gran plaza de acceso y, como la previsión era visitarla con unos amigos, aceptamos los servicios de una amable conductor de esas pequeñas motocicletas-taxi para dos personas para que nos llevara al cercano Parque Beihai, previo regateo sobre el precio. Dentro de los esfuerzos para disminuir la contaminación del aire y sonora de la capital está el que muchos de estos vehículos son eléctricos, con lo que resulta agradable ir recorriendo la ciudad en ellos. Uno de los amigos que vinieron, que había estado en el Pekín preolimpico, comentaba que lo que más extrañeza le causaba era la drástica disminución de la contaminación; calles ruidosas y sucias eran ahora calles limpias y con un nivel sonoro aceptable.
El parque Beihai es una zona de recreo, donde estuvo el palacio del Gran Khan antes de construirse la Ciudad Prohibida. El parque rodea un lago y tiene un pequeño museo y una isla central , la Isla de Jade, donde están el templo Yongan y la Dagoba Blanca, construida en honor del Dalai Lama en el siglo XVII. El parque es una zona tranquila, aunque el fin de semana es visitado por miles de pekineses y turistas venidos de toda China. Curioso su restaurante, el Fangshan, que prepara recetas imperiales, pero no podemos dar más información porque no llegamos a entrar.
Y a la noche una visita rápida a la placita que hay entre las torres del Tambor y la Campana, donde hay algunos bares que nos parecieron venidos a menos. En muchos templos hay estas torres, que servían para señalar el principio y fin de la actividad diaria y las horas.
Fuimos a cenar al Café Sabal, recomendado en las guías y con premios de turismo chino, pero nos fue difícil entendernos en inglés aunque hay carta en ingles. Aparte de que el hutong en el que está estaba en obras y se necesito un cierto grado de decisión para entrar, no es nada del otro mundo, desde luego no lo vemos como para recomendarlo ni por el local, ni por el servicio y apenas por la comida.
A la salida, un poquito frustrados por la incursión culinaria, nos llamó la atención por lo animado el hutong Yandai Xiejie, lleno de tiendas y bares muy agradables. Nos parece un lugar muy interesante para visitar, ver las tiendas y pasar un rato agradable. Además es una de las maneras de llegar al lago Qianhai, que nos parece sin duda el centro de ocio nocturno por excelencia de Pekín.
El lago Qianhai, inmediatamente al norte del parque Beihai, totalmente rodeado de bares, restaurantes, cafés, salas de karaoke, tiendas de artesanía, etc. es uno de los lugares a tener más en cuenta para una salida nocturna. Algunos restaurantes, en la orilla suroeste, tienen sus mesas a la orilla del lago, y aproximadamente en el centro de la orilla este está el East Shore Jazz Café, donde asistimos a una sesión de jazz con artistas locales, a la altura de las que pueden oirse en los mejores locales de jazz de cualquier país. Muy recomendables el lago y el East Shore.

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