lunes, 28 de mayo de 2012

La maleta mexicana y David Hockney en Bilbao



Antes del 10 de Junio hay que darse una vuelta por Bilbao. Ese día, en la sala 32 del Museo de Bellas Artes, cierra sus puertas la exposición sobre "La maleta mexicana", una colección de material fotográfico de extraordinario valor histórico. Copio la entrada que hace el propio museo:
En 1995 aparecieron en Ciudad de México tres cajas con 165 carretes que incluían cerca de 4.500 instantáneas de excepcional valor documental tomadas por Robert Capa (Budapest, 1913–Tyhai Binh, Indochina, 1954), David Seymour “Chim” (Varsovia, 1911–Suez, 1956) y Gerda Taro (Stuttgart, 1910–Brunete, Madrid, 1937) durante la Guerra Civil española. Son conocidas como “la maleta mexicana” y, desde 1939, se habían dado por perdidas. En 2007 los negativos llegaron al ICP de Nueva York que, tras estudiarlos exhaustivamente, ha organizado esta exposición itinerante que da a conocer por vez primera el más importante conjunto de negativos recuperados del siglo XX.

La selección de obras incluye unas 70 fotografías (de las cuales 50 son copias de época) y 101 hojas de contactos ampliados modernos de algunas series completas. Todo ello, junto a dos audiovisuales y a material documental original, se presenta organizado en diversos ámbitos que permiten contextualizar las fotografías y el impacto que causaron en el momento en que fueron publicadas, y seguir el recorrido de Capa, Chim y Taro por la geografía española en guerra. En su mayoría, más de dos tercios, se trata de imágenes que hasta ahora no habían sido reproducidas.





Y por poco tiempo que quede siempre se puede acercar uno al Guggen y ver la exposición de Hockney, un canto a la luz. Estará hasta el 30 de septiembre, así que siempre puede quedar para otro fin de semana. Copio también la entrada del propio museo:
David Hockney: una visión más amplia presenta un conjunto de obras recientes realizadas por el destacado artista británico e inspiradas en el paisaje del este de Yorkshire. Aproximadamente doscientos cuadros, la mayoría de ellos de formato ambicioso y realizados en los últimos seis años, se expondrán junto con una cuidada selección de piezas de entre 1956 y 2000, que evidencian la continua exploración y fascinación de Hockney por el paisaje.
En las nueve pinturas de El bosque de Woldgate, las cuatro grandes pinturas Tres árboles cerca de Thixendale, cada una de ellas compuesta, a su vez, por ocho paneles, o en las series tituladas Tala de invierno y El espino en flor, Hockney celebra el paisaje de Yorkshire, un escenario familiar en su juventud y que retoma en 1997 para presentar una inagotable exploración de las escenas a través de las estaciones. La libertad de pintar al aire libre y el uso de la técnica del óleo resultan tangibles en este trabajo, aunque sigue siendo evidente que Hockney continúa usando la cámara como medio y como herramienta, por lo que la muestra también incluirá nuevas películas realizadas con 9 y 18 cámaras digitales. Las obras de la exposición revelarán la deuda de Hockney con el pasado, que el artista conoce en profundidad e investiga, así como su fascinación insaciable por las nuevas tecnologías y técnicas visuales.
 
Y ya puestos, a comer en el bistrot del Guggenheim o, si se prefiere pasta, en el De Angelo

martes, 8 de mayo de 2012

Día 11. Marina Abramovic. Al Cantinone y el hotel Clemente de Barajas.


Padiglioni d'Arte Contemporanea

The Abramovic Method


The Artist is present

En el PAC, el Padiglione d'Arte Contemporanea, en vía Palestro 14 había una instalación de Marina Abramovic -The Abramovic Method- y un par de videos sobre su vida y obra; uno dedicado a su performance quizás más conocida “The artist is present”, en el que la Sra. Abramovic se sienta y pasa horas y horas enfrentada a las personas del público que consiguen ser coprotagonistas de la actuación. No se dicen nada, apenas algún leve gesto, y eso es todo. La Sra. Abramovic ha estado ahora en España, en el Teatro Real, actuando en la ópera “Vida y muerte de Marina Abramovic”. Que conste que intento entender algo, pero ver a un/a tipo/a que se sienta en una silla y se está quieto no me provoca ninguna sensación sublime; solo se me ocurren apelativos ofensivos, pero debe ser porque no entiendo el lenguaje así que pospondré mi juicio hasta que me lo tenga más trabajado.


Vida y muerte de Marina Abramovic

Comimos en “Al Cantinone”, uno de los lugares más antiguos de Milano. No tenían atención a celiacos y aunque la comida fue correcta no lo recordaremos como los macarrones del Drago.
Está también en la vía Agnello pero en el 19, y su web http://www.alcantinone.it/


Por la tarde metro a la estación central (directo del hotel) y autobús a Orio al Serio durante algo menos de una hora. Orio es el aeropuerto de Bérgamo que sirve también a Milar. Un embarque un poco caótico con Ryanair (era tarde y dejaban pasar cualquier equipaje) y casi a las 12 de la noche llegamos sanos y salvos a Madrid.

Por cierto, si algún día necesitan estar cerca del aeropuerto de Barajas, el Hotel Clemente en Barajas pueblo tienen traslado al aeropuerto y unos servicios muy útiles para el cliente. Quedamos muy satisfechos y está como a medio kilometro de la boca del metro.

Y se acabó nuestro viaje a Milán y Como.


sábado, 5 de mayo de 2012

Día 10 martes. Montenapoleone, el bar-restaurante del Piccolo Teatro y el Ristorante del Drago

Vía Montenapoleone

El patio de acceso a Armani
La mañana nos respetó y pudimos dar una vuelta por el Milano fashion. Vittorio Emanuele (Zara, siempre presente, con una escalinata de esas que se ven en las pelis de mansiones sureñas. Cuando vas al pueblo más perdido de España encuentras una sucursal de La Caixa y cuando vas a cualquier ciudad extranjera encuentras Zara y toda su cohorte) y Montenapoleone. Me gusta entrar en el patio de la tienda de Armani (el patio de la foto) porque el guarda se pone tenso, no le debo de parecer un cliente potencial ni de lejos.

Así que volvimos hacia el centro, hacia la Vía Dante. Y, señores, yo he cantado en la Scala de Milan. Bueno, he cantado bajito mientras pasaba por el porche de acceso. Eso sí, racial como nadie, una copla de esas rasgadas de amores imposibles.

La Scala (ahí canté) 



La Scala (ahí no canté)
 Bueno, nos acercamos al Piccolo Teatro que hay junto a la Vía Dante a ver la programación y de paso comimos en su restaurante. Sirve lo dicho para el Palazzio Reale, tranquilo, atento, correcto,… Pulpo con patatas y judías blancas, flan de espinacas con canónigos, macedonia de fruta, vino y agua, 37,50.
El Piccolo Teatro

Arlequin, en el Piccolo Teatro

Por la tarde, simplemente, llovió.

Salimos a cenar y lo hicimos en el Ristorante del Drago, un local que al pasar a medio día vimos muy frecuentado por los oficinistas-ejecutivos de la zona. Instalaciones cuidadas de pequeño restaurante, personal muy atento, y un chef que deconstruye los platos como si lo hiciera de toda la vida. Los espárragos que en la carta aparecen como revuelto de espárragos, son unos buenos espárragos verdes a la plancha con dos huevos a la plancha encima. Pero sobretodo, mis macarrones carbonara son unos macarrones muy bien hechos, sobre una base de yema de huevo y con un crujiente de bacon que estaban deliciosos. Lo disfruté mucho. Los dos platos, con un postre y aditamentos salieron por 34 euros. Está en la Vía Agnello 17, junto al Duomo naturalmente

miércoles, 2 de mayo de 2012

Día 9 lunes de Pascua. El hotel Best Western Major, Giaccomo Café y Klimt en Milan

Estamos alojados en el Best Western Major, con una oferta en la que por 3 noches con desayunos nos cobraron algo menos de 200 euros. El hotel muy bien, así como el personal. La habitación moderna, amplia y bonita, para estar en ella sin sensación de encierro. Y además en el desayuno unas pequeñas madalenas y tostaditas de maíz que, con el resto del buffet, te resolvían el desayuno y la media mañana. Esta frente a unas vías, creo, pero también está a 20 metros de una salida de metro, a 4 estaciones de la plaza del Duomo. Así es que si quieres llegar fácil, estar bien y desayunar bien es el sitio ideal. No puedo hablar de los alrededores porque fuimos siempre del metro al hotel y vuelta.
Si volvemos a Milán será una opción con muchas posibilidades.



Nos quisimos hacer los listos (la vez anterior salió bien) e ir a ver la Santa Cena sin reserva. Muy amablemente nos echaron a la calle. Mejor que, si piensas ir, reserves. Y desde luego vale la pena (entrada anterio) Así que nos fuimos a Sant’Ambroglio pero el lunes de Pascua cierra casi toda Italia y no pudimos visitarla.

Así que vuelta al Duomo. Miramos las exposiciones del Palazzio Reale sin entrar en ninguna, aunque nos apeteció ver a Dario Fo como pintor, y comimos en su restaurante-cafetería, el Giaccomo Café, en una pequeña terracita. Estos restaurantes de museos, teatros, etc. suelen ser agradables y sobretodo tranquilos, y éste cumplió el pronóstico. Bresaola (una especie de cecina de jamón de cerdo) y otro plato de carne, con vino y agua, 28,50.

Por la tarde fuimos a ver una exposición de Klimt y la Secesión Vienesa al Espacio Oberdam. La Secesión fueron un grupo de artistas austriacos que rompió con el clasicismo, capitaneados por Klimt y otros. Su sede está en el Pabellón de la Secesión en Viena y en ella Klimt pintó el “Friso de Beethoven” dedicado a la novena sinfonía. En la exposición se reproduce el friso, y había obra de los artistas de la Secesión, incluido el impresionante Schiele. Mucho mejor de lo que yo pueda explicarlo lo hace esta página de la Fundación Juan March

Estamos tan acostumbrados a la época de los panes de oro que no conocemos toda la capacidad de Klimt, y aquí tuvimos ocasión de conocerlo. Además la exposición se completaba con la proyección de una biografía de Klimt, protagonizado por Malkovich. Valió la pena, por el friso, por los artistas de la Secesión y por la película.

La cena fue en el Ristorante di Gennaro, junto al Duomo en la Vía S. Radegonda, que solo destacamos por dos cosas. La primera que no tienen nada para celiacos, pero cuando le van a preparar un plato a un celiaco se lavan las manos para no contaminar, lo cual es de agradecer. La segunda es la filosofía del personal “i piatti sono migliori grandi, si son piccolinos fan fame” y son grandes, pero con poca gracia.